Un silencio bonito
El joven pianista rubio mira al horizonte con sus ojos tristes y los pies hundidos junto a las olas que se rompen. Nadie consigue adentrarse en la incógnita de su mente, nadie ha conseguido escuchar su voz. Apenas el alma se le escapa deslizándose entre sus dedos, cuando sus manos se posan como palomas pálidas sobre las teclas blancas y negras del piano de un hospital. Durante horas se inclina sobre él, hablando en sol mayor y sostenido, sosteniendo la respiración de quien lo escucha deleitado ante tanta belleza.
Desconocen su origen, el percurso sinuoso de su camino, y su destino aparece detenido en um mundo aislado y sonoro. Se asombran ante su callada virtuosidad, conjeturan, hablan, exponen teorías mientras el joven se envuelve en un silencio bonito de voces sin voz. Sin la música redentora se convierte en un ser tembloroso, niño de nuevo, asustado ante el discurrir caótico del mundo. Aguarda las horas...las horas en que el contacto con su piano se hace real y el torbellino del mundo desaparece en un fluir circular y constante de sonidos sin voz, sin voz...
("Joven amnésico fue hallado en una playa británica hace más de un mes - No habla, sólo toca el piano")