Bajo el silencio de una vela...
Pienso en sus ojos. En el color de sus cabellos. En su sonrisa cuando observo su perfil.
La memoria se me llena de ternura cuando el sonido de sus palabras dulces aún atontan mis pensamientos.
Está lejos.
Y aún así a veces lo siento cerca...
A la distancia de una caricia, del aliento suave de su susurro junto a mi oreja, de sus silencios prolongados en tardes amarillentas de espera, de sus manos...
Pienso en sus manos. En el color de sus dedos. En las palabras que (no) dicen cuando me tocan.
La tristeza se me llena de soledades buscadas, de sueños grandes y viejos, cuando el recuerdo de su piel estremece mis recuerdos.
Está lejos.
Y aún así, a veces, lo siento tan cerca...
2 Comments:
Mi querida María, entiendo tan, pero tan bien tu post de hoy...que no lo arruinaré con comentarios al respecto. Sé lo que es...porque aún lo siento también.
Es precioso sentirse así.. Un beso
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