(Des)encuentros...
El crepitador de historias sabe que lo buscan, pero se calla la urgencia de querer ser encontrado. Una misión de letras y fuego empuja sus días, obligándole a olvidar la caricia de unas manos pequeñas sobre su piel, el hálito afresado de unos labios que ahora le persiguen cada noche; su imposible misión le hace perder unos ojos profundos, que son al mismo tiempo casa y olvido, patria y abismo.
En cada nuevo camino garabatea sus historias sobre los ojos y manos de extraños, sobre los corazones de niños de los cuales no conoce el nombre, sobre los labios de otras mujeres, distintas. Y apenas el eco de un silencio sujeta sus pasos cansados. Pero él continúa infatigable, sembrando vocablos y sueños, inventando vidas nuevas o recordando pasados. Por eso, cuando quiere decir campo dice María, cuando intenta pronunciar pan apenas se escucha María y al querer susurrar la palabra amor el Eco le golpea con un único sonido: María, María...
En cada nuevo camino garabatea sus historias sobre los ojos y manos de extraños, sobre los corazones de niños de los cuales no conoce el nombre, sobre los labios de otras mujeres, distintas. Y apenas el eco de un silencio sujeta sus pasos cansados. Pero él continúa infatigable, sembrando vocablos y sueños, inventando vidas nuevas o recordando pasados. Por eso, cuando quiere decir campo dice María, cuando intenta pronunciar pan apenas se escucha María y al querer susurrar la palabra amor el Eco le golpea con un único sonido: María, María...
4 Comments:
María, María!!! Maríaaaaaa, María del Eco...en una vera del camino, por ahí rumbo a cualquier bifurcación de la ruta, el navegante de los puntos cardinales, gritará Maria.....
El Eco, en su crepitar, siempre le devuelve el mismo sonido amado...
Un beso
Precioso ese eco que repite sin cesar el nombre amado...
Muchos besos :)
Fascinante personaje, este crepitador de historias. Tienes mágia en las letras.
Un beso
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