lunes, noviembre 28, 2005

(Des)encuentros...

El crepitador de historias sabe que lo buscan, pero se calla la urgencia de querer ser encontrado. Una misión de letras y fuego empuja sus días, obligándole a olvidar la caricia de unas manos pequeñas sobre su piel, el hálito afresado de unos labios que ahora le persiguen cada noche; su imposible misión le hace perder unos ojos profundos, que son al mismo tiempo casa y olvido, patria y abismo.

En cada nuevo camino garabatea sus historias sobre los ojos y manos de extraños, sobre los corazones de niños de los cuales no conoce el nombre, sobre los labios de otras mujeres, distintas. Y apenas el eco de un silencio sujeta sus pasos cansados. Pero él continúa infatigable, sembrando vocablos y sueños, inventando vidas nuevas o recordando pasados. Por eso, cuando quiere decir campo dice María, cuando intenta pronunciar pan apenas se escucha María y al querer susurrar la palabra amor el Eco le golpea con un único sonido: María, María...

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

María, María!!! Maríaaaaaa, María del Eco...en una vera del camino, por ahí rumbo a cualquier bifurcación de la ruta, el navegante de los puntos cardinales, gritará Maria.....

15:46  
Blogger almena said...

El Eco, en su crepitar, siempre le devuelve el mismo sonido amado...

Un beso

22:48  
Anonymous Anónimo said...

Precioso ese eco que repite sin cesar el nombre amado...
Muchos besos :)

23:53  
Anonymous Anónimo said...

Fascinante personaje, este crepitador de historias. Tienes mágia en las letras.

Un beso

11:22  

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