De gigantes y sueños...
Esta es la historia de un hombre que creía.
Esta es la historia pequeña y olvidada de un hombre que creía soñar con un mundo de atardeceres naranjas. Cerraba los ojos y veía barcos de velas extendidas, que navegaban en las horas optimistas de un adiós. Creía en las palabras secretas que nombraban todos los sentimientos perdidos. Creía en el hombre, y en el niño, y en el viejo sabio que un día, felizmente, todos llegamos a ser.
Y de tanto creer a veces inventaba.
Inventaba susurros y voces, que besaban los sueños de una humanidad que no encontraba el camino. Inventaba nuevas revoluciones armadas de lluvia. Inventaba lenguajes insonoros, que de palabras atemporales llenaban el corazón. Corría desnudo por la playa dorada del amanecer, e inventaba sueños que sin saber lo soñaban. Haciéndolo ser.
Otras veces los sueños lo acunaban sobre las alas de un ángel.
Y el ángel sonreía ante los sueños disparatados del hombre: seres de manos dadas, guerras que no mataban, cárceles llenas de silencios, armas cargadas de perdón, odio, rencor, hambre, te mato, me matas; apenas palabras olvidadas, y un mundo lleno de pan y rosas…
Un día, el hombre de la historia perdida, de tanto creer, soñar e inventar se hizo gigante.
3 Comments:
...A un sueño le pedimos que se haga realidad. Pero si además se hace gigante, ¿qué más se puede desear...? ¡Hermosa historia, amiga, cargada de grandes valores!
SALUDOS GIGANTES: LeeTamargo.-
Una historia muy bella, María. Un abrazo.
Muito bom Maria. Muito sensível. Vou continuar a vir aqui.
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