La calle
Hoy tres brasileños despertaban sillas en las escaleras de la Rua Cidade de Liverpool. Primero las liberaban de los viejos recuerdos que se agarraban a su madera de entrañas como termitas locas, después acariciaban todos sus rincones y curvas talladas mientras susurraban historias dulces. Historias para llenar agujeros de tiempo con sentimientos nuevos.
Con el calor de la tarde llegaba el barniz, como miel escurriendo por sus pechos de silla que vuelve a vivir, como caricia de terciopelo destinada a protegar de la intemperie y el olvido. A veces, cuando los brasileños callaban, se escuchaba un suspiro. Y entonces el tiempo paraba distraído, y los despertadores de sillas las observaban como a novias engalanadas en busca de un amor, que ya viene navegando por el río...
3 Comments:
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mmmm cuántos recuerdos guardarán...
Es precioso ese símil que pones en el "barniz", como "miel" que viene a revivirlas de nuevo. Vivificarlas para acumular nuevos recuerdos...
Un abrazo :-)
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Un saludo.
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