martes, septiembre 06, 2005

Fotografías de un regreso...

Annecy al salir el sol, sus calles vacías, la brisa llena de frescura de la mañana, el amargo sabor de aún estar aquí y ya sentir la lejanía.

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El canal...los cisnes dormidos, las flores que despiertan como cada día, que mañana volverán a abrir sus ojos de vegetales ensoñaciones, que hoy me dicen adiós.

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El camino entre las montañas, las casas solitarias en medio del campo, las colinas verdeantes, el cielo claro y transparente de los casi Alpes. Una sorpresa en el camino: un puente que cuelga sobre un barranco de árboles y piedras, un puente entre la neblina y el rocío de mi última mañana.

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En las calles de Ginebra un músico toca el violín, mientras Famara y yo lo escuchamos de ojos cerrados y sentidos abiertos. El deambular de la gente, las voces cristalinas de los africanos sentados junto a nosotras en el banco de la calle peatonal. Y el músico que completa nuestras horas de espera.

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El último instante en el aeropuerto, la ciudad que se dibuja poco a poco trás los cristales que parecían opacos, el aire que huele a despedida entre el cielo sonrosado.

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Paris, un pequeño alto en el camino, la torre Eiffel desde el aire, casi diminuta, el arco del triunfo como si fuera de juguete, el río Sena serpenteando entre la ciudad de cuento...Me hace pensar en la vida, en que los problemas a veces dependen desde donde se miren. Algunas cosas que creemos enormes al final también pueden ser diminutas como una torre Eiffel vista desde el cielo...

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La ciudad en la que nací, allí donde están mis raíces primeras, mi hueco y refugio, mis orígenes

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Los ojos de mi amigo, llenos de ilusión de nuevo, sonrientes, como también feliz y limpia vuelve a ser nuestra amistad.

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Los ojos de mi otro amigo, llenos de amor...contagiantes de amor...desesperados de amor...

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Y finalmente Lisboa, completando el album de las fotografías de mi vida, brillando como la más hermosa de todas las imágenes, con su luz, con su cara lavada de río, con sus abrazos abiertos...

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Mi habitación de paredes azules, con su olor a muebles viejos y mi tocadiscos lleno de músicas antiguas francesas, mientras escribo estas palabras del recuerdo, ahora que este viaje ha llegado a su fin.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

siempre volvemos a un regreso de otro regreso

00:24  

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