lunes, agosto 22, 2005

Dias cinereos

A Paulinho

El cielo está cargado de plomizas intenciones. Bajo su cuerpo cerrado el aire huele a lluvias y llanto, y el viento amenaza con noches oscuras. Las nubes engordan espesando sus rostros de terribles guardadoras de relámpagos. Entre las montañas de cumbres desaparecidas la superficie del lago centellea ante la luz de una ventana abierta, de unos faros que aparecen tras aquella curva, o de la vela encendida en medio de una barca a remos. La oscuridad acomete sin piedad y los árboles, indefensos, tiemblan de la raíz a las hojas ante la proximidad del parto de una tormenta.

Annecy se protege abrigada entre sus pasadizos secretos de piedra y se estremece ante aquello que el cielo guarda. De repente una nube explota en llanto, sin poder contener por más tiempo el dolor de sus entrañas. Del cielo cae su fruto: cientos de nuevos vocablos que se enredan y se confunden arrastrados por el viento. Vocablos nunca dichos, vocablos que aún son el eco de las palabras dulces en la última tarde ocre, vocablos que revuelven el aire y se instalan entre las ramas de los árboles temblorosos. Vocablos que susurran junto a mi ventana, vocablos que me rozan la mejilla cuando los dejo entrar…

Sobre el lago la pequeña barca de la vela encendida se ve invadida por las miles de palabras que se destormentan del cielo. La rodean, la hacen zozobrar, intentan engañar sus sentidos soplando la vela que la resguarda de la oscuridad completa. Pero ella atrapa vocablos como quien atrapa sueños, y en ese atrapar de letras enloquecidas inventa historias que fluyen como el agua entre los canales, como la luz entre la tormenta, como la vida entre la muerte.

Después llega el silencio. Y todas aquellas historias que fueron nuestras y viajaron colgadas del rabo de una nube, desaparecen con la primera luz que rompe las tinieblas. La barca de la vela encendida llora suspendida en medio del lago, sola, sin vocablos ni historias. Pero no temáis, grita mientras apaga la vela, porque las nuevas y dulces palabras rondan el aire e inventarán historias en el inesperado gesto del engravidar de una nube.

3 Comments:

Blogger Paty said...

Creo que voy a tener que hacer ya una carpeta con tu nombre en mi computadora. Me encanta tu manera de escribir, de recrear estados de ánimo, situaciones, atmósferas. De hacer sentir y despertar la imaginación a todo lo que da.

Un gran saludo de domingo.

16:51  
Blogger almena said...

qué maravilla de post!
qué maravilla!

besos. En el engravidar de una nube

09:11  
Anonymous Anónimo said...

bienvenida a ciudadblog

el ciclo siempre circular, el evaporarse en las nubes, me gustó mucho el texto

00:17  

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