sábado, marzo 12, 2005

Santos, el guardián del pozo

Hoy quiero presentaros a dos personas especiales: Santos y quien me habló de él: Jorge Neto. He recogido el texto que reproduzco a continuación del blog de Jorge, en el que podéis leer textos tan interesantes como este. http://africanidades.blogger.com.br


"Conocí a Santos la tarde del sábado, cuando le pedí permiso para bañarme en el pozo de la casa que cuidaba- Santos es guardián, pero ya llegamos ahí. Con un criollo fluente, el buen hombre me explicó que tendría que lavarme lejos del pozo, para evitar que el jabón se mezclase con el agua. Después, con aire de sujeto bien educado, se retiró diciendo que estaba como en mi casa.
Cuando terminé mi baño refrescante tipo "Viva FRELIMO"" (baño con una jarra en el que, al levantar el brazo al aire para tirarnos agua encima, damos la idea de estar apoyando a un partido político) y fui a darle las gracias a Santos, me lo encontré con el oído pegado a la radio. El hecho es normalisimo en los parajes africanos, donde la radio es el medio de comunicación de elección. Lo que no era normal era el hecho de que Santos escuchaba la edición inglesa de la BBC.
- ¿Un guardián oyendo inglés? ¿En Guiné-Bissau? de dos una: o fue un emigrante en un país anglófono o estaba apenas oyendo el ruido de la radio - Pensé.

El misterio permaneció hasta el baño del Domingo. Intentando aclarar aquel episodio del inglés saludé a Santos en la lengua de Shakespeare. Los ojos del guardián brillaron:
- Do you speak english?
El asombro del hombre fue igual al mío, cuando reparé eque su fluencia no era la de quien sabía apenas media docena de palabras sueltas. Aquel era el inglés de alguien que sabía lo que estaba diciendo. Entonces traté de engalanar mi mejor inglés, con la intención de no quedar mal delante del hombre.
- Yo hablo inglés, pero eso es normal porque en la escuela me obligaron a aprender. En cambio tú, un pobre guardián perdido en una pequeña aldea entre Guiné y Senegal ¿Dónde rayos aprendiste a hablar inglés?
- I´m from Sierra Leona.
Abrí los ojos de par en par.
- What?
- Yes, yes, i´m not a guinean.

Y entonces Santos me contó el trayecto de su vida, desde que salió de Sierra Leona a bordo de un barco como pescador, hasta que llegó a Varela, en el norte de Guiné-Bissau. Y me contó como le gustaba el fútbol y el campeonato portugués. Y que su club favorito era el Boavista porque era un nombre bonito de decir. Y sobre la familia que se había quedado lejos. Y sobre el viaje de regreso que quería hacer un día ("ahora que ha acabado la guerra ya puedo volver más tranquilo") pero para el cual no tenía dinero...

En pocos minutos mientras mi cuerpo se secaba a la sombra de un anacardo y las moscas me intentaban devorar, conocí la vida de Santos. Pero al final de la historia algo continuaba inexplicable para mí: ¿Si el hombre era de Sierra Leona por qué razón tenía un nombre portugues?
Parecía que el guardián esperaba la pregunta. Los ojos resplandecían de luz, la sonrisa se le dibujó en los labios, Santos se llenó los pulmones de aire y habló, como si me estuviese contando el mayor suceso de la historia del universo.
- Sir, I love football. I love football very very very much. And I lova Santos, the brazilian team. Do you know? That´s why the name Santos. Every my colleagues used to call me Santos. And do you know why? Because I was a great player. I was number seven, like Luis Figo. Ah, ahhhh do you know Luis Figo, don´t you?
Que sí, claro. ¿Quien no conoce a Figo?

Santos acabó por contarme otro episodio más de su vida. Aquel que le había dado mayor gozo y gloria. Y me contó también como una pierna partida había dictado el final de su carrera. Ahora, entre los 60 y 70, no sabía bien su edad, Santos ya no era el jugador de otros tiempos. Todo lo que había sido había acabado en el día en que un adversario le partió la pierna. Y después llegó la guerra a su país y las dificultades, que ya eran muchas, se tornaron mayores y él tuvo que buscarse la vida lejos de la familia. Hoy era un pobre guardián que cuidaba de una casa de vacaciones desabitada y de un pozo. No tenía nada más aparte de eso y de la memoria, fiel compañera que lo seguía desde siempre.

- Dame un cigarro - pidió.
- No fumo.
- Entonces regálame esos calzones.

De un cigarro a unos calzones va una gran diferencia. Pero hay días en que el materialismo parece que no habita dentro de nosotros. Tal vez sea cuando las personas que piden merecen ser recompensadas. Santos lo merecía. Me había dejado bañarme en "su" pozo y me había contado una historia simple pero bella, como casi todo en África. Me envolví en la toalla y le dí los calzones.
- Si un día vuelves a jugar al fútbol úsalos."

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Una linda historia. Si se sabe buscar se puede hallar historias como estas hasta debajo de las piedras. A veces, ni necesitas buscarlas porque están allí para quienes deseen oirlas.
Una curiosidad. ¿Calzón es lo mismo que braga? En mi país equivale a una prenda íntima. No quiero parecer incómodo, pero me salen tres preguntas 1)El amigo africano era de tu misma talla como para que le entrara la prenda?
2)Si se tratara de una prenda íntima, te la pidió porque era fetichista? y 3)Volvistes a casa transitando por la calle envuelta en una toalla?
Puede dar para otra historia...

22:31  
Blogger Paty said...

Mi querida Mariposa, tienes un alma más que hermosa. Sí, esas historias son no sólo bellas, a veces creo también que necesarias de conocerse. Lo más curiosao es que no sólo pasan en África...Pasan en Asia, en América Latina... En fin.

Es ahí donde siento que nos toca no engancharnos con el pesimismo y contribuír un poquito a hacer de este mundo un lugar ameno y amable.

Un gran abrazo.

17:15  

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