miércoles, octubre 05, 2005

El sol tibio del invierno...

Mientras en Belo Horizonte "las primeras aguas de octubre se llevan las palabras de septiembre", en estas tierras al otro lado del océano el sol impone su dominio; poderoso, consciente de sus rayos amarillentos de destiempo. Y yo quiero imaginar la lluvia que siente "el diminuto hombre con los bolsillos llenos de diccionarios", cierro los ojos y se agarra a la ciudad el olor húmedo de una invisible tierra mojada. De pronto tengo saudades... de los días tibios de invierno, de los colores cinéreos del cielo, de la lluvia que cae, loca y perdida, frente a mi ventana. La urgencia por sentir el frío de la calle me invade el pensamiento y, mientras otros aprovechan los últimos instantes del estío, yo estreno, en soledad, mi invierno particular.

Y el amor quiere pintar acuarelas en mi ventana, pero le falta la lluvia, la lluvia, la lluvia...

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hermoso texto, construído con una prosa poética con la que consigues llegar hasta el que la lee de una forma increíble.
Felicidades.

17:39  
Blogger Ana M. García said...

Gracias por tus palabras Jucar, me hace feliz saber que mis palabras provocan algún tipo de sentimiento.

He hecho una visita rápida a tu blog, después con más tiempo vuelvo a pasar por allí.
Besos.

...

Debe ser porque ambas somos mujeres del norte, de brazos y ojos húmedos, y necesitamos la morriña de la lluvia, el olor de nuestra tierra mojada...
bicos. M.

21:53  

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